80 años de la muerte del único mexicano que participó como piloto de combate durante la invasión aliada a Normandía
Diez días después de que iniciara el Día “D” aquel 6 de junio de 1944, muere abatido por aeronaves de la Luftwaffe Focke Wulf 190 el mexicano Luis Pérez-Gómez quien iba piloteándola su Spitfire matrícula 2I-S MK-607, al servicio de la Royal Canadian Air Force (RCAF). Luis se había trasladado a Ottawa, Canadá, con la firme convicción de hacerse piloto militar, ya que en México no lo pudo lograr; gracias a su entereza superó todos los obstáculos empezando por el idioma.
Terminado el entrenamiento
básico, Luis ingresó como voluntario extranjero a la Real Fuerza Aérea
Canadiense y se capacitó en centros de entrenamiento en Ontario y Quebec.
Finalmente, el 6 de agosto de 1943, recibió sus alas y su nombramiento como
oficial piloto aviador.
El 9 de noviembre de 1943, se le asignó al
Escuadrón 127 con base en Darmouth, Nueva Escocia, donde piloteó aviones de
entrenamiento y participó en misiones de patrullaje de la costa canadiense,
siempre amenazada por los submarinos alemanes. En enero de 1944 el escuadrón
fue trasladado a Inglaterra en donde se reclasificó con el número 443 y se
incorporó a las acciones en contra de Alemania.
Luis estaba al mando de un caza
Spitfire, uno de los aviones más avanzados de su época, aún hoy considerado una
de las máquinas voladoras más poderosas y letales en la historia de la aviación
militar y de las más bellas. Llegar a ser piloto de caza no era algo menor. La
mayoría de los aspirantes, fuesen canadienses o de otras naciones de la
mancomunidad británica, eran asignados como tripulación en los bombarderos o a
tareas de apoyo. Que Luis, sin tener un dominio perfecto del inglés haya
alcanzado ese puesto, habla de una personalidad excepcional.
Cuando su escuadrón es trasladado
a Reino Unido, se crea el 443 Sqdn., y
formaría parte de los miles de aliados que por mar y aire llegaron a las playas
y campos de Normandía para enfrentar a los enemigos.
Basados en un campo de vuelo en
Sainte-Croix-sur-Mer, cerca de las 20 horas del 16 de junio de 1944, Luis
despega junto con sus cinco compañeros de escuadrón para enfrentar a una
escuadrilla enemiga.
Luego de un desigual combate en
número de aviones, él y otros compañeros son derribados, cayendo su Spitfire en
un campo de siembra a donde los campesinos llegaron para rescatar su cuerpo y
sepultarlo en el cementerio local, situado en la villla de Sassy. Por décadas
su lápida no mostró su origen, hasta que años después y gracias a su novia
canadiense quien se dio a la tarea de buscar su tumba, dieron con el sitio
donde fue sepultado, al lado de la iglesia de San Protasio y San Gervasio y a
donde desde hace años se le recuerda cómo su héroe local, incluso una pequeña
plaza de la población lleva el nombre, Plaza Luis Pérez -Gómez, el mexicano que
murió en Normandía durante las acciones iniciadas en el Día “D”
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